Arcaísmos del lenguaje judicial

La manera en que se redactan los escritos, para bien o para mal, va evolucionando. La Real Academia Española, poco a poco, adecua el español moderno por la evolución del lenguaje (por ejemplo, aceptando términos como tuitear); también se ajusta a la forma en que la mayoría utiliza el lenguaje (verbigracia, al desaparecer la tilde en palabras como «sólo»).

Me parece que esa evolución ha sido detenida en los escritos judiciales (llámense acuerdos, interlocutorias o sentencias). Quienes provenimos de carrera judicial aprendemos a redactar emulando los precedentes en la materia (la utilización de los famosos «machotes» o formatos).

Cuando empecé a trabajar en un Juzgado de Distrito (1993) el uso de las computadoras no era algo común en el Poder Judicial Federal. El juzgado al que estaba adscrito solo tenía 2 computadoras para todo el personal (aproximadamente 40 personas). Por lo tanto, la mayoría de los acuerdos se hacían en máquina de escribir.

Una de las primeras cosas que te decía la persona que te iba enseñando era que debías de tener tu propio «machotario», una especie de cuaderno donde ibas cosiendo los acuerdos que te aprobaban para que los utilizaras de formato en posteriores ocasiones.

Con el tiempo el «machotario» iba creciendo y ahí ibas acumulando (de manera impresa) tu conocimiento. Ya tenías machotes (formatos) de admisiones, suspensiones penales, civiles y laborales, acuerdos de expedición de copias, admisión de pruebas, etcétera.

Algo que siempre me llamó la atención era que los machotes tenían fórmulas sacramentales que debían utilizarse siempre. Por ejemplo, siempre se iniciaba el acuerdo con la leyenda «Agréguese a sus autos …» ¿Una promoción, un informe o escrito se  podía agregar a otros autos? ¿El escrito que va dirigido al juicio 2/2013 se puede agregar en el 89/2013? La respuesta evidente es que no. Pero siempre agregamos a sus autos todos los  escritos, ya que así nos lo enseñaron y se nos dijo, de manera dogmática, que así se ha hecho siempre.

Otras frases vacías de significado y alcance jurídico alguno son aquellas donde decimos «Agréguese para que obre como corresponda» o «… para los efectos legales que haya a lugar«. De nuevo hay que preguntarnos ¿Cuáles son esos efectos legales? ¿Cómo debe de corresponder? De nuevo, así se nos enseñó a emitir acuerdos, y venimos repitiendo los mismos vicios desde siempre.

Creo que debemos de cambiar todas esas cuestiones que hacemos por simple repetición, simplificando el lenguaje escrito en los escritos judiciales, de manera que puedan ser entendidos por el justiciable, no solo por su abogado. El hecho de que las cosas se hayan redactado siempre de alguna manera, no significa, por esa sola razón, que esté bien hecha.

6 comentarios

  1. Ignacio Ochoa · · Responder

    De acuerdo con su opinión. Otra frase que no se ha dejado de usar es la de «protesto lo necesario», parece que los litigantes tienen miedo de que si no la insertan, el escrito será desechado.

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    1. En todos los ámbitos se cuecen habas: Judicatura, litigio y academia.

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  2. Yolanda Manzo · · Responder

    Me parece muy bien!! Hay acuerdos o sentencias tan llenas de palabreria, que cuando termino de leerlas me pregunto que quiso decir, si me fue favorable o no… Por mucho tiempo pense que yo era la limitada en mi entendimiento y cual fue mi sorpresa hace unas semanas al asistir a mi Diplomado de Derechos Humanos, impartido en la Casa de la Cultura Juridica del Consejo de la Judicatura del Poder Judicial Federal, cuando uno de los ponentes, Magistrado de un Tribunal Colegiado, comento que en su mayoria los acuerdo que dictaban eran tan rebuscados que terminaban por no entenderlos ni ellos mismos… Me quito un peso de encima!!! Saludos.

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    1. Lo bueno es que vamos haciendo consciencia de ello. Saludos.

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  3. Después de leer esta reflexión, me doy cuenta de lo bizantinas y complicadas que son muchas determinaciones judiciales; sin embargo, en mi vehemente pero inexperto punto de vista creo que estos arcaísmos dan formalidad y algún tipo de elegancia, y eso no debe perderse.

    Así mismo, creo que cuando no necesita realizarse ningún pronunciamiento respecto al contenido de alguna promoción u oficio, por la razón que sea, debe decirse «agréguese únicamente para que obre como constancia de autos», ni modo que se tire a la basura.

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    1. Gracias por el comentario. Siempre está bien algo de solemnidad. Pero como dice el refrán «Ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre:

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